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La Anunciación o la prefiguración de tiempos nuevos. Religión y cultura literaria y artística en la primera mitad del siglo XX


La Anunciación or the Prefiguration of New Times. Religion and Literary and Artistic Culture in the First Half of the 20th Century

Laura Gandolfi*
Laurette Godinas**

* Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Ciudad de México. México, lagandolfi@gmail.com, https://orcid.org/0000-0003-1018-1290
** Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Ciudad de México. México, lgodinas@unam.mx, https://orcid.org/0000-0002-4417-9837

biblio07.Sep.24; 7(2)


Bibliographica culmina su séptimo año de publicación con una identidad gráfica que abre una nueva época para nuestra revista de investigación. Ésta, desde marzo de 2018, se ha ido posicionando como una publicación sólida y un referente sobre el multifacético mundo de la cultura escrita y el patrimonio documental, el cual analiza en todas sus modalidades (manuscrito, impreso, digital) y plataformas (analógica y digital) en México y el resto del mundo, a partir de ópticas que van desde el análisis de corpus específicos hasta colecciones completas, en su sección Bibliothecae, y del estudio de caso a las propuestas de índole metodológica, en la sección Instrumenta. Su impecable trayectoria académica la ha llevado a ser incluida en las bases de datos más relevantes de su ámbito de interés y encara hoy su primer cambio de dirección editorial, gracias al cual quedará bajo la guía de Elizabeth Treviño, quien sin duda alguna la seguirá conduciendo con brío y expertise hacia la excelencia comunicativa que la Academia exige para sus órganos de difusión.

Este número de septiembre de 2024 presenta, además, el carácter especial que le otorga la unidad temática de la sección Monographia, convocada por Laura Gandolfi, quien ha sabido reunir los esfuerzos de grandes especialistas alrededor de un tema, por lo general, poco trabajado en la literatura contemporánea: el de la literatura católica ­-en particular la prensa- y los rasgos específicos que el cristianismo imprime en la producción cultural mexicana, desde el Porfiriato hasta la primera mitad del siglo XX. Este interés concreto, que emana de la investigación de la revista Ábside y sus productos editoriales por parte de la coordinadora del volumen y su calurosa aceptación para participar en este número, nos permite revisar los vínculos que se tejen entre una comunidad interesada en la expresión de sus inquietudes artísticas y literarias, y la red de recursos que ha desarrollado para ello.

Por lo anterior, para la identidad gráfica de nuestra revista Bibliographica, se impuso de forma natural uno de los trabajos más destacados del pintor-poeta Ángel Zárraga, el así llamado Tríptico Sacro, una trilogía de dogmas marianos compuesta por murales pintados a la encáustica, en los cuales se representan la Anunciación, la Coronación y la Ascensión de la Virgen. Este Tríptico fue realizado por el artista duranguense hace justo un siglo, en 1924, para la cripta de la iglesia de Notre-Dame-de-la-Salette en Suresnes, municipio en el departamento de Altos del Sena, en la región de Isla de Francia.

La cripta, pensada originalmente como un lugar de peregrinación a Nuestra Señora de la Salette -por la cual Zárraga mostraba gran devoción-, había sido comisionada en 1920 por el abad Patrice Flynn, párroco de Suresnes de 1913 a 1922, y fue construida en 1924 por el arquitecto Pierre Sardou, a quien se debe también la Iglesia de Notre-Dame du Rosaire en París. Muchos personajes ilustres visitaron el lugar y elogiaron su obra, entre ellos figuran el célebre teólogo y filósofo católico Jacques Maritain y el escritor, pintor y crítico Jean Cocteau.1 Asimismo Alfonso Reyes -íntimo amigo de Zárraga, que entre 1925 y 1927 se desempeñaba como embajador de México en Francia- visitó la cripta de Notre-Dame-de-la-Salette, junto con Enrique González Martínez y Enrique Díez-Canedo, ambos de visita en París para Semana Santa. Reyes registró dicho episodio en su diario, en la entrada correspondiente al 12 de abril de 1925:

Zárraga nos ha llevado a ver sus decoraciones murales de la cripta de Notre Dame de la Salette, en Suresnes -altura desde donde se domina París-, que son realmente lo mejor que ha hecho, puro y sobrio. Las figuras están logradas con luz, sin recursos de relieve ni claroscuros. La Anunciación es una maravilla. Logró del arquitecto que dejara la construcción en los huesos, en las líneas esenciales, y dio unos claros tintes uniformes llenos de paz. Creo que es lo mejor de su obra y de su vida.2

En efecto, los frescos de Zárraga en la cripta de Notre-Dame-de-la-Salette destacan, según la crítica, por su calidad pictórica, luminosidad cromática, el geometrismo heredado de su experiencia con el cubismo y su capacidad para transmitir el profundo misticismo de los momentos representados. En un artículo firmado por G. J. y publicado en Le Bulletin de la Vie Artistique, en febrero de 1925, leemos que sus pinturas: “con su sentimiento y espíritu, decoran la cripta de Suresnes como los frescos del Angélico decoran el convento de San Marco: están en su lugar natural y necesario, con perfumes de incienso y cantos gregorianos. Las figuras se recogen en sí mismas y, desprendidas de cualquier contingencia terrenal, crean una atmósfera de adoración […] y de suave paz”.3

Tras su ingreso a la Academia de San Carlos, y haberse formado con Julio Ruelas, José María Velasco y Santiago Rebull, el joven Ángel Zárraga viajó a Europa, donde permaneció durante casi cuatro décadas. Después de un viaje itinerante que lo llevó primero a Bélgica -allí se formó en la Real Academia de Bruselas- y luego a España -en la cual vivió tres años, exponiendo en el Museo del Prado- e Italia -expuso tanto en el Salón de la Plaza Donatello en Florencia (1909) como en la Nona Esposizione Internazionale d’Arte en Venecia (1910)-, Zárraga se instaló definitivamente en la capital francesa a partir de 1911, año en que expuso su obra en el Salón de Otoño, y conquistó la admiración y los elogios de la crítica capitalina.4

En 1912 Rubén Darío lo incluyó en su sección Cabezas de la Mundial Magazine. En la entrada dedicada al pintor mexicano -acompañada por un retrato del artista firmado por Diego Rivera- el nicaragüense escribió: “de su incursión por el espíritu del arte moderno, han resultado obras que tienen una característica, un sello personal inconfundible en figuras magistrales […]. Paso a paso, consciente y con seguridad, va Ángel Zárraga camino de la gloria”.5

Darío no se equivocó: la fama alcanzada por Ángel Zárraga en Francia a lo largo de las siguientes tres décadas fue considerable. Su obra -entre la cual destacan los murales en el Château de Vert-Cœur, la Cité Internationale Universitaire de París y la Embajada mexicana en Francia, pero también los célebres retratos y las pinturas dedicadas al tema del fútbol- fue ampliamente reconocida y valorada. Asimismo, la obra de Zárraga, celebrada y aplaudida en Francia -y hasta hace poco no suficientemente conocida en nuestro país-, destaca, entre otras cosas, por haber reactualizado -por haber hecho “resurgir”- el estrecho y complejo vínculo entre el arte y el catolicismo. Como afirmó en una conferencia Abraham Villavicencio, Zárraga es sin duda uno de los pintores de temas religiosos más destacados de la primera mitad del siglo XX.

La Asunción, imagen que da identidad gráfica al presente número de Bibliographica, forma parte de un conjunto de 30 reproducciones de obras muralistas del artista mexicano reunidas bajo el título “Murales religiosos de Ángel Zárraga -Francia 1924-1941”, reproducciones que, a su vez, acompañan el ensayo “Arte religioso. Notas de un pintor”, firmado por él mismo y publicado en el primer número de enero-marzo de 1943 de Ábside. Revista de Cultura Mexicana.6 El ensayo en cuestión ofrece una profunda y perspicaz reflexión sobre el arte religioso de tema católico, cuyo epicentro, sugiere el pintor, “ha sido y será el drama del hombre en sus relaciones con la Divinidad”.7 El artista denuncia la precariedad de la pintura religiosa en el mundo actual, afirmando de manera contundente: “Abandonados los artistas por los eclesiásticos […]; abandonada la Iglesia por los artistas, que en otro tiempo fueron su galardón suntuario, el campo quedó libre para los fabricantes de buendioserías sentimentales de baja estofa, productos de mercachifles disfrazados de artistas o de mercaderes sin disfraz”.8

No es casualidad que Zárraga, ferviente católico cuya profunda fe marcó de manera indiscutible su obra, haya publicado su texto acerca del arte religioso precisamente en Ábside, revista fundada y dirigida en su primera etapa por el humanista, historiador, poeta y sacerdote católico Gabriel Méndez Plancarte. Cabe subrayar que en Ábside publicó también, en 1944, una muestra de su obra poética bajo el título “Poemas”, que se volvió a publicar, en formato libro, por la editorial Bajo el Signo de Ábside, acompañada de un prólogo de Alfonso Reyes.9

A lo largo de más de cuatro décadas, Ábside fue una importante publicación capaz de reavivar, utilizando las recientes palabras de Gabriel Zaid, “la cultura católica como parte integral de la cultura mexicana, no como un gueto aparte”, y llegó a convertirse en “un foco renovador de la cultura” de México en el siglo pasado.10 La revista -cuya colección completa se encuentra en el Fondo Contemporáneo de la Hemeroteca Nacional de México (HNM)- es sin duda un documento imprescindible para conocer el panorama cultural, literario y artístico del México del siglo pasado, un testimonio relevante en el cual se fue configurando un importante intento, por parte de los intelectuales católicos, de repensar lo “moderno”, de soñar con una modernidad alternativa, distinta de la que se estaba anhelando y articulando en otros espacios de producción del saber.

La imagen de portada que hemos escogido quiere ser, pues, una invitación a recorrer un capítulo todavía poco explorado de la cultura, el arte y las letras del México de los siglos XIX y XX, cuyo estudio sistemático aún queda pendiente: el de la cultura, el arte y las letras religiosas mexicanas. La imagen de Zárraga, en este sentido, nos abre las puertas no sólo a la obra de temática religiosa del artista duranguense, sino que también nos permite repensar la presencia católica dentro del panorama editorial mexicano del siglo pasado, invitándonos a explorar la larga trayectoria de la revista Ábside, la cual, a su vez, nos introduce a todo un mundo de revistas y publicaciones de corte católico que marcaron -de manera silenciosa y todavía no estudiada- el campo cultural y editorial mexicano del siglo XX, por ejemplo, Estilo. Revista de Cultura, fundada en 1945 en San Luis Potosí y dirigida por el sacerdote, escritor y poeta Joaquín Antonio Peñalosa; Lectura. Revista Crítica de Ideas y Libros, fundada en 1937 y dirigida por Jesús Guisa y Azevedo, además de las numerosas publicaciones patrocinadas por los seminarios arquidiocesanos y diocesanos, como Trento. Periódico del Seminario de Morelia, fundado en 1944 y dirigido por el poeta, académico y sacerdote Manuel Ponce; Apóstol. Órgano de los Seminarios de la Arquidiócesis de Guadalajara, o Presagio. Boletín del Seminario de León, sólo por citar algunos títulos del numeroso patrimonio cultural y editorial que forma parte de los ricos y diversos acervos de nuestra Hemeroteca Nacional de México.

Gracias a la inspirada colaboración de nuestras diseñadoras Hilda Maldonado y Carolina Silva Bretón, Bibliographica llega una vez más a los ojos de sus lectores con una portada y un banner que ponen en alto el esmero con el que nuestra publicación presenta, desde la academia y la investigación bibliográfica, la riqueza del patrimonio documental mexicano. Agradecemos a todo el equipo de Bibliographica, desde el trabajo puntual y riguroso de Alicia Flores y Fernanda Baroco en la gestión editorial y digital de la revista, la corrección de estilo y cuidado de la edición de María Bertha Guillén, la valiosa participación de Hilda Maldonado en el diseño editorial y formación de la revista; a Fernanda Baroco y Leonardo Hernández López en la elaboración de los XML, y el apoyo incondicional (y técnico) de Erika Arreguin y Nidia Orduña en la administración y programación web, además de su gestión en Open Journal Systems, por permitir que este número esté hoy disponible para todos. Y, por supuesto, gracias a las autoridades del Instituto de Investigaciones Bibliográficas por iniciar, construir y fortalecer esta revista que zarpó desde hace siete años con rumbo hacia una nueva aventura bibliográfica.


Notas al pie
9

Ángel Zárraga, Poemas. 1917-1939 (México: Bajo el Signo de Ábside, 1944). La revista Ábside, fundada en enero de 1937, fue una de las publicaciones culturales más longevas de México en el siglo pasado, se publicó durante más de cuatro décadas, hasta 1979, primero bajo la dirección de su fundador (1937-1949) y sucesivamente dirigida por Alfonso Méndez Plancarte (1950-1955), Alfonso Junco (1955-1974) y Eduardo Enrique Ríos (1975-1979). Desde sus inicios supo reunir a los exponentes más distinguidos de la intelectualidad católica mexicana, al igual que a algunos de los mayores representantes del pensamiento contemporáneo. En este sentido, representó un contrapunto importante a la prensa confesional y una contribución de gran relevancia para la prensa cultural y literaria del periodo. Ábside —marcada por un corte católico y con manifiesto carácter humanista— incorporó un vasto y heterogéneo grupo de colaboradores: Agustín Yánez, Concha Urquiza, Emma Godoy, Manuel Ponce, Carlos Pellicer, Alfonso Reyes, Vicente Leñero, Guadalupe Dueñas, Jaques Maritain y Gabriela Mistral, entre muchos.

Referencias
Darío, Rubén. “Cabezas. Ángel Zárraga”. Mundial Magazine, núm. 19 (1912): 640-641.
G. J. “Peinture religieuse moderne”. Le Bulletin de la Vie Artistique, año 6, núm. 4 (15 de febrero de 1925): 82.
García-Barragán, Elisa. Ángel Zárraga: entre la alegoría y el nacionalismo. México: Secretaría de Relaciones Exteriores, 1992.
Luna Arroyo, Antonio. Rescate de Ángel Zárraga. México: Editorial Imprenta Casas, 1970.
Patout, Paulette. “Les fresques de Notre-Dame de la Salette à Suresnes. Un chef-d’œuvre - hélas disparu - du mexicain Angel Zárraga (1886-1946)”. Bulletin de la Société Historique de Suresnes 10, núm. 49 (1992): 168.
Reyes, Alfonso. Diario I. México, 3 de septiembre de 1911 - París, 18 de marzo de 1927. Edición crítica, introducción, notas, fichas bibliográficas, cronología e índice de Alfonso Rangel Guerra. México: Academia Mexicana de la Lengua / El Colegio de México / El Colegio Nacional / Fondo de Cultura Económica / Instituto Nacional de Bellas Artes / Capilla Alfonsina / Universidad Autónoma Metropolitana / Universidad Autónoma de Nuevo León / Universidad Nacional Autónoma de México, 2010.
Useda Miranda, Evelyn, Víctor Mantilla González, Mariana Casanova Zamudio y Oswaldo Hernández Trujillo, editores. Ángel Zárraga. El sentido de la creación. México: Museo del Palacio de Bellas Artes, 2014.
Zaid, Gabriel. “Elogio de la revista Ábside”. Letras Libres, núm. 275 (agosto de 2024).
Zárraga, Ángel. “Arte religioso. Notas de un pintor. (Con 30 grabados de murales religiosos)”. Ábside. Revista de Cultura Mexicana, núm. 1 (enero-marzo de 1943): 4-88.
Zárraga, Ángel. Arte religioso. Notas de un pintor. (Con 30 grabados de murales religiosos). México: Bajo el Signo de Ábside, 1943.
Zárraga, Ángel. Poemas. 1917-1939. México: Bajo el Signo de Ábside, 1944.

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